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El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido durante la noche. Las preocupaciones, malos hábitos del sueño, estrés, desarreglos horarios, baja calidad del ambiente para dormir (demasiada luz, ruido, presencia de aparatos que producen ondas electromagnéticas, etc…) sedentarismo, toma de alcohol u otros fármacos, tabaquismo, consumo excesivo de cafeína son algunas de las causas de este trastorno del sueño.
Como te ayudan los alimentos
Duerme mejor incluyendo comidas ricas en calcio, magnesio y vitamina B y C que favorecen el sueño. Toma cereales integrales, frutos secos (avellanas, almendras, nueces), verduras (coles, espinacas, lechugas) y levadura de cerveza que aporten vitaminas del grupo B y ayuden al sistema nervioso. Los hidratos de carbono integrales de absorción lenta calman la ansiedad y preparan el cuerpo para el sueño y descanso.
La acerola, los cítricos, los pimientos, el brócoli o el escaramujo contienen altas dosis de vitamina C. Está demostrado que el magnesio junto con el calcio benefician el sistema nervioso y muscular. Obtén el calcio del sésamo, los productos lácteos, las almendras, el brócoli, etc… Incorpora alguno de estos alimentos en la cena.
Las espinacas, las judías verdes, el plátano, el cacao o el germen de trigo son fuente de magnesio. El plátano, además (como el yogur, la avena y el atún) contiene triptófano, un aminoácido esencial que garantiza la calidad del sueño y el buen humor.
Toma pescados azules como sardinas, salmón, atún y caballa natural para aportar omega 3 a tu dieta. Las semillas de lino, girasol, calabaza, frutos secos y sésamo contienen omega 6, con efecto sobre los neurotransmisores.
No olvides incluir alimentos ricos en hierro, como carne roja, pollo sin piel, vegetales de hoja verde, legumbres y algas.
Prueba a añadir lechuga y brotes a tus platos de la cena. Contiene una sustancia, lactucario, con efecto sedante.
Evita las comidas copiosas antes de acostarte; evita el té, los azúcares, las grasas saturadas y los fritos que empeoran la digestión y por tanto, la reparación nocturna.