La realidad de vivir con diabetes, la enfermedad invisible

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Soy de las personas que llora por las noches cuando estoy a solas. La que recuerda historias que me contaban mis padres para no dormir. Esas mismas historias que juramos que no volverían jamás.

Yo la verdad, es que estoy con toda esa gente que siente impotencia y rabia, mucha rabia de cargar con esta enfermedad. Yo estoy con los que desearían que nada de esto hubiera pasado. Y sí, también soy de los que buscan que las personas sonrían, aunque sea por el motivo más ridículo. Personas que creen que hay que seguir remando para luchar por y para esta enfermedad, para hallar la cura a la diabetes, aunque nos vayan dejando a todos sin barcaza, sin río y sin mar. Y así con todo. Y así nos va.

Y estas palabras que escribo, están escritas desde el corazón, posiblemente a muchos no le gustarán, pero a otros se sentirán identificados conmigo, la verdad es que vivir con diabetes es una mierda, y quien te diga lo contrario, te miente, ya que esta enfermedad te decepciona de una forma burda, torpe, estúpida y poco elegante y te lleva así la confianza rota, que no la paseen por ningún sitio que nadie te la sabrá reparar. Mejor así. Mejor ahora.

Porque hacerlo más tarde habría sido peor. Pero lo verdad es que después de todo lo negativo, debemos empezar a decir cosas positivas no?? Claro que sí, hay cosas buenas joder!! Algún día esta cuerda volverá a estar a punto para nuevos nudos, espero que pronto, no te preocupes que ya. La cura está a la vuelta de la esquina, en serio, todos viviremos para vivir esa cura. Es mi sueño, el sueño de todos vosotros. Qué le vamos a hacer, de esperanzas se vive. Es que no hay mal que por bien no venga. Es que lo que sucede conviene. Es que aquello que no te mata, te hace más fuerte.

Es que. Es que. Y tal y tal.

Lo bueno de todo esto es que te hace ser fuerte, te hace entender que la vida a veces es un suspiro y te hace conocer a personas increíbles que como tú conviven con diabetes, te hace luchar por locuras, por retos insuperables, por curas  imposibles, te hace creer que todo pasa por una razón, todos tenemos que seguir un camino, y este es el camino que nos tocó. Puede que no sea el mejor de todos. Pero es el que nos tocó. Fuerza a cada uno de vosotros, que como yo, lucháis por vivir dignamente con cada pinchazo, con cada hiperglucemia, o hipoglucemia o mil historias. Fuerza.   

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