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Justo a raíz de que comenzó la pandemia nos mudamos a una aldea en Córdoba, yo vivía anteriormente en Barcelona y el cambio ha sido brutal, tanto psicológico como adaptativo.

En referencia a este artículo voy a hablar de un hecho que me sorprendió y fue cuando llegué al centro de salud y me asignaron a un médico de cabecera. Cuando le dije que tenía diabetes tipo 1 y que necesitaba una derivación al endocrino el «Sr. Médico» me dijo que no, que las patologías como la diabetes la llevaban los médicos de cabecera. Seguí insistiendo y como vio que yo llevaba un MCG que él no entendía decidió hacer una consulta vía email al endocrino, al cabo de unos días me llamó el endocrino para darme visita con él y me corroboró que la diabetes tipo 1 la llevan los endocrinos.

Es exasperante tanto por parte del sistema sanitario como por parte de algunos profesionales sanitarios en ver las pocas ganas de formarse continuamente, su falta de iniciativas para tomar buenas decisiones en relación a las enfermedades de sus pacientes.

La ley del mínimo esfuerzo a mi entender.

Está más que comprobado que para diabetes la educación es fundamental, pura su supervivencia. Tienes que ajustar tu vida a las unidades de insulina, según comidas, glucemias, vida cotidiana, deporte… Pero por la experiencia que tengo en ninguna patología nos entrenan para ser pacientes, y cargar con una patología crónica el resto de tu vida es agotador y conlleva repercusiones tanto físicas como psicológicas.

Yo todos los meses voy a un psicólogo, hago terapia y me va de fábula tanto para afrontar mi vida diaria como para sobrellevar mi diabetes. Para mí la salud mental es indispensable así como la educación diabetológica, las dos van de la mano para poder afrontar el día diario de la diabetes… sino queremos quedar tocados.

 

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